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Radicales de la teta. Los fundamentalistas de dar el pecho y la lactancia materna.
Hace varias semanas escribí un post denunciando la presión para darle el pecho a mis hijos que sufrí en mis dos embarazos. Durante mi reflexión ironicé con la obsesión con la lactancia materna de algunas personas y las situaciones absurdas a las que la misma suele llevar a muchas mujeres. Nunca fue mi intención menospreciar a aquellas madres que, por decisión propia, dan el pecho a sus hijos, ni defender la teoría de que la leche materna sea mala o perjudicial para el niño o la madre. El objetivo de aquella reflexión no fue otro que el de hacer ver que, en ocasiones y para ciertas personas como yo – profesionales que deciden compatibilizar su papel de madre y mujer trabajadora sin disminuir en lo más mínimo su jornada- el biberón se convierte en una opción que conlleva menos estrés para la madre y en consecuencia para el hijo.
Mi madre nos dio el pecho a mi hermano y a mí. Ella fue la primera persona en aconsejarme decidir libremente: “cariño, si crees que es la mejor opción, no te sientas mal por darle el biberón a tus hijos. Aquellas que tienen que hacerlo o deciden hacerlo son igual de buenas o malas madres que las que no. Decide libremente, hija.“
Le hice caso y tomé la decisión que mi post explicaba. Recurrí al “bendito biberón”, a pesar de la cantidad de leche que yo producía.
Sin embargo, aunque nunca fuera mi intención menospreciar las decisiones de otras mujeres sino exponer y explicar la mía, parece que al sector radical de los “fundamentalistas de la lactancia materna” (promovidos por el interés de la compañera sentimental de uno de mis antiguos empleados, al que hace un tiempo tuve que despedir por su incompetencia, por cierto) ha intentado echar abajo mi blog con una cantidad de insultos que lo único que han conseguido es confirmar mi postura: para los “fundamentalistas de la lactancia materna” –como para todos los que abogan por el fundamentalismo – aquellos que no siguen sus premisas son “malas madres” a las que despreciar como personas.
No pienso borrar ni uno de los comentarios que surgieron tras mi artículo. Los tenéis todos en el post antes mencionado. Como si de un experimento sociológico se tratase, insultos y desprecios van a continuar donde están y así, a quién le interese, pueda comprobar por sí mismo hasta dónde puede llegar la ira de los fundamentalistas: http://www.saioaechebarria.com/la-evolucion-de-la-mujer-de-mamifero-hembra-a-persona/
Pero prefiero terminar siendo constructiva que es bastante más productivo y a aquellas felices madres a las que el fundamentalismo no las haya contagiado les digo: ¡Escoged siempre libremente entre el pecho o el biberón! Ambas son dos opciones válidas. No os dejéis influir por lo que estos que no os respetan os quieran aconsejar. La lactancia es una maravillosa opción pero para mujeres como yo -lo quieran ellos o no- hay un mejor elección llamada BIBERÓN.
Y no solo lo digo sólo yo, lo dicen sites de bastante mayor prestigio y difusión que los de todos ellos juntos, por cierto. Aquí va un ejemplo: http://www.webmd.com/parenting/baby/your-babys-feeding-breast-vs-bottle
Definición de Fundamentalismo: Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida (definición de la RAE).
…Lo dicho: Radicales de la Teta… 🙂