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La directora, Sylvia García, presiona a la niña de 8 años y la obliga a abandonar las clases haciendo caso omiso de la ley.
Desde que se impuso la dictadura sociosanitaria en la que vivimos actualmente, hace ya un año y medio, nos hemos visto obligados a cumplir políticas de restricciones desproporcionadas, injustificables o directamente ilegítimas. Especialmente doloroso es cuando estas normas se ceban en los más pequeños y vulnerables.
Es el caso de mi hija, que en la actualidad tiene 8 años, víctima de verdadero maltrato por parte de la directora de un centro deportivo: Gimnastic Academy o Infogim Boadilla ubicado dentro del centro Republic Space. Su directora, Sylvia García, quién también es directora del Club de Gimnasia Artística de Pozuelo de Alarcón y responsable de gimnasia artística en el AYUNTAMIENTO DE POZUELO, ha sometido a una cruel situación de acoso a mi hija forzándola a marcharse del club saltándose la ley.
Sylvia García · Directora Gimnasia Artística
Ayuntamiento de Pozuelo
Este comportamiento del todo intolerable parte de un desconocimiento de la normativa y sus exenciones, y responde a las presiones de los padres de otras alumnas, igual de ignorantes. Inscribir a nuestros hijos en lugares así supone un peligro para su integridad y desarrollo, completamente al contrario de lo que se supone que debería ser. Es lamentable y espero que mi experiencia sirva para que ningún niño tenga que pasar por algo parecido. Además, Sylvia García es la responsable del programa de gimnasia artística del Ayuntamiento de Pozuelo. Es increíble que personajes así estén al frente de un proyecto de este calado en un ayuntamiento importante, con la formación de grupos a su cargo.
La rocambolesca historia comienza cuando, con la intención de que mi hija se iniciara en la actividad de la gimnasia artística, la apunté en Gimnastic Academy, instalaciones situadas en Boadilla del Monte. Tras solicitar la información pertinente sobre horarios y normativa, pagué la cuota y entregué la documentación. Informamos asimismo de la exención de portar mascarilla de la niña, por razones médicas. El centro deportivo entonces solicitó el justificante correspondiente, que adjunté a continuación.
Es en ese momento cuando un email de Sylvia García, haciendo caso omiso a los documentos presentados, pretendió cerrar la conversación remitiendo a la normativa de centros deportivos y diciendo literalmente que mi hija “no podrá asistir a la clase sin la mascarilla”. Una muestra de cómo la empresa dirigida por Sylvia García se doblega ante el sectarismo social que impera, y da portazo a una situación delicada sin opción al debate.
Lo que parece querer ignorar Sylvia García es que la normativa esgrimida no tiene aplicación en casos de exención por razones médicas, por lo que mi hija debería ser admitida sin ningún tipo de problema. De lo contrario, se estaría incurriendo en un caso discriminatorio clarísimo. Gimnastic Academy y su directora Sylvia García están pisoteando los derechos de una niña de 8 años, creyéndose por encima de la misma Constitución, que establece en su artículo 14 que no puede haber motivo alguno de discriminación por ninguna circunstancia personal o social. Es más, el centro se atrevió a exigir detalles sobre su estado de salud cuando ya le enviamos de buena fe el informe mencionado, firmado por el facultativo correspondiente. Las exigencias adicionales, como el simple hecho de pedir estos detalles, incumplen claramente el reglamento general de protección de datos. Ya a estas alturas la situación rozaba el absurdo, más teniendo en cuenta que mi hija asiste sin problemas a su centro escolar y accede a hospitales y centros de salud sin el cubrebocas impuesto como no puede ser de otra manera.
A pesar de las explicaciones, Sylvia García se cerró en banda, se negó a ofrecer soluciones alternativas o adaptadas a este caso, y con un simple correo comunicó la baja automática de las clases de gimnasia artística de mi hija y la devolución de la cuota abonada. La nula capacidad de análisis y de adaptación de esta señora y de su club Gimnastic Academy o el Club de Gimnasia Rítmica de Pozuelo privó a la niña de practicar una actividad que se pretende positiva para su salud física y, sobre todo, mental, en estos tiempos en los que la presión sobre nuestros hábitos de convivencia ha subido enteros. Mi hija tenía pleno derecho a acceder al gimnasio y cumplimos con los requerimientos del centro de Sylvia García. La única razón por la que la niña fue dada de baja no es ni más ni menos que la inutilidad y la más absoluta ignorancia de su dirección. Sorprende la hipocresía superlativa de Gimnastic Academy, y de su directora en particular, cuando en su misma página web promocionan sus proyectos solidarios con África, como una escuela de gimnasia en Chad, por un lado, mientras por otro vapulean las ilusiones de una menor, que además tiene más que justificada su condición para ser eximida del uso de mascarilla. Sylvia García se jacta de apoyar campañas inclusivas y globales, cuando es evidente que no pone en práctica estos principios en su propia comunidad. Además, la actuación tiránica e insultante de esta señora a través de su club de gimnasia artística no demuestra más que una burda alienación derivada del sistema actual, que intenta anular nuestro sentido crítico, sin dejar espacio a una reflexión, y sobre las implicaciones legales que podría acarrear.
Una absoluta vergüenza que esta señora esté al cargo de ninguna actividad relacionada con niños. Espero que el Ayuntamiento de Pozuelo tome pronto medidas al respecto.