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Pecaban de ingenuos los que pensaban que el retroceso de ciertas medidas represivas como la eliminación de la simbólica mascarilla en casi todos los espacios iba a evitar que la maquinaria coercitiva siguiera en funcionamiento. La segregación sigue presente, con los no inoculados al frente de esta batalla.
El último ejemplo ha sido la normativa dictatorial del evento organizado por Amazon en Madrid, previsto para los próximos 4 y 5 de mayo. Con la connivencia de IFEMA y el gobierno regional, el AWS Summit exigía que todos los participantes estuvieran completamente vacunados contra el COVID-19 para poder asistir en persona. Además, se especificaba en la propia web del evento: “no se aceptará una prueba de COVID-19 negativa como sustituto de estar completamente vacunado”. No solo eso sino que, como se podía comprobar hasta ayer en las FAQs de la página web del evento, también imponían el uso de mascarillas a los presentes, quizá ignorando que el BOE publicó el pasado 19 de abril el Real Decreto al que hacíamos referencia al principio por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas, quedando esta en una recomendación en determinados contextos y solo siendo preceptiva en residencias, centros sanitarios y transporte público.
La cumbre se anuncia como un espacio de colaboración y crecimiento a través de la tecnología. Se antoja difícil defender esta declaración de intenciones cuando se adoptan estos requisitos de acceso discriminatorios, dignos de las más agresivas políticas.
Afortunadamente la respuesta a este ataque a los derechos fundamentales no se hizo esperar y la Asociación Liberum presentó denuncia penal contra Amazon e IFEMA por delito de coacciones y discriminación. Forzar a los asistentes a cumplir con esta norma de opresión sociosanitaria supone “una alteración del orden social sin precedentes”, como sostienen los denunciantes. En el escrito exigían asimismo que se suspendiera cautelarmente dicha imposición y tanto el gobierno de Díaz Ayuso como sus socios de VOX diesen la cara e impidieran esta reglamentación “salvaje”. Liberum, una vez más, se posiciona así al lado de las miles de personas que no se han doblegado ante la vacunación masiva y que no tendrían posibilidad de asistir a la cumbre. No se puede normalizar que una multinacional como Amazon pisotee los derechos de los ciudadanos en un estado democrático como el nuestro, pasando por encima del código penal y de la lógica más elemental. Es inconcebible.
Las presiones dieron sus frutos rápidamente y la normativa fue modificada, indicando en estos momentos que la mascarilla y la vacunación no son obligatorias, pudiendo presentar los interesados una prueba PCR o test de antígenos con resultado negativo.
Estamos viendo cómo en Shanghai se alargan los confinamientos, se saca a la gente de sus casas a rastras para practicarles pruebas PCR, se despliegan ejércitos de funcionarios para desinfectar calles vacías… No nos engañemos, las amenazas siguen cerca, y más si dejamos que monstruos globalistas campen a sus anchas en nuestro país, permitiéndose el lujo de definir quiénes son los ciudadanos de primera o segunda categoría.
Las tecnológicas deben estar al lado de la gente, y trabajar para ampliar su libertad y no al contrario. Esto es un ejemplo de tecnología esclavista a la que solo se puede responder con la denuncia y el boicot.